Comunidades Energéticas Renovables: la unión sostenible que hace la fuerza

Producir y compartir energía renovable gracias a las Comunidades Energéticas Renovables (CER) tiene beneficios que incluyen: la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y la reducción del derroche de energía, dos de los principales objetivos promovidos por la Unión Europea para alcanzar la meta Cero Neto para 2050. El modelo CER apunta a promover el autoconsumo con un modelo basado en el compartir y centrado en un sistema de intercambio local, favoreciendo tanto la gestión conjunta como la reducción de la dependencia energética de las fuentes fósiles en favor de energías renovables y realmente sostenibles. Todo esto sigue siendo válido incluso si las Comunidades Energéticas Renovables son plantas, principalmente fotovoltaicas, de tamaño pequeño o muy pequeño. De hecho, el tamaño pequeño no representa un límite, sino más bien un valor agregado de estas soluciones. La transición energética está liderada por los ciudadanos El objetivo fijado por las Naciones Unidas y por la UE es claro: las emisiones de CO₂ deben ser nulas para 2050. Una contribución esencial deberá venir de parte de los ciudadanos-consumidores y de su voluntad de aprovechar la innovación, la digitalización y la electrificación para promover modelos de uso de la energía que sean cada vez más sostenibles. Según el estudio CE Delft de 2016, realizado en colaboración con Greenpeace, Friends of the Earth Europe, European Renewable Energy Federation (EREF) y REScoop, se estima que, para 2050, el 83% de los ciudadanos europeos podría convertirse en prosumidores, es decir aquellos que, al mismo tiempo, son productores y consumidores de energía. La mayor eficiencia de las redes de distribución eléctrica trae consigo un ahorro económico para quienes se comprometen a promover el desarrollo ecológico. Al mismo tiempo, existe la voluntad de recompensar a las comunidades energéticas con incentivos y condiciones económicas más ventajosas, y de apoyar las inversiones en la construcción de pequeñas centrales basadas en energías renovables. “En las normativas más recientes existe la posibilidad de aumentar hasta 1 megavatio de potencia por planta, sin límite en el número de plantas que componen una misma comunidad energética», explica Sebastiano Ambrogio, responsable de las Comunidades Energéticas Renovables de Enel Green Power. «Esto ofrecerá grandes oportunidades de crecimiento, incluso gracias a los incentivos y a que las comunidades energéticas son capaces de obtener las autorizaciones rápidamente. Estamos convencidos de que las comunidades energéticas funcionarán, principalmente, con energía solar y, a la espera de que la legislación sea definitiva, ya contamos con una creciente y estructurada cartera de proyectos”. Las comunidades energéticas por un mercado de energía justo y sostenible El uso compartido de la energía dentro de las CER permite equilibrar la oferta y la demanda de energía en las distintas áreas, sin la necesidad de abastecerse de energía a grandes distancias. De este modo, la energía producida por las centrales se pone a disposición de todos los miembros de la comunidad, con regulación automatizada de entradas y salidas. Esto se traduce en una reducción del derroche, en una gestión más eficaz de los recursos renovables y en una distribución más simple de la energía, tanto dentro de la comunidad como fuera de ella. El objetivo es crear un mercado energético justo y sostenible, capaz de aportar beneficios no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también social y cultural. Una forma de combatir la pobreza energética y la dependencia energética, promoviendo el desarrollo de sistemas de distribución cada vez más eficientes y capilares. Lo importante, por supuesto, es que se desarrollen numerosos grupos de intercambio de energía, contribuyendo así, sustancialmente, a satisfacer las necesidades energéticas, a marcar la diferencia. Entre las ventajas: rapidez de respuesta El hecho de que una sola comunidad energética produzca, distribuya y consuma solo una cantidad relativamente pequeña de energía tiene una ventaja adicional, ya que por plantas tan pequeñas las autorizaciones se obtienen muy rápidamente. Al mismo tiempo, el marco normativo y los incentivos promovidos por la Unión Europea buscan promover el intercambio de energía, empezando por el compromiso de cada ciudadano.

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