De la escuela a la biodiversidad: la lección de sostenibilidad de Moldova Nouă

Los parques eólicos son amigos de medioambiente; prueba de ello son las cifras que reflejan la cantidad de energía limpia que producen y la cantidad de contaminación que evitan. Pero los beneficios no se quedan ahí y repercuten también en la conservación del medioambiente y en rol positivo que estas centrales tienen sobre la comunidad local y en el territorio. Un ejemplo de sostenibilidad a 360 grados nos llega desde Rumania, en concreto de la región de Banato, al suroeste del país. En 2012, Enel Green Power construyó aquí la central de Moldova Nouă y ahora ha finalizado una serie de intervenciones que, además de mejorar su eficiencia, contribuyen a proteger las especies animales y vegetales y a difundir conocimientos sobre las energías renovables entre los jóvenes. Así ha mejorado la eficiencia de la central La granja eólica de Moldova Nouă entró en funcionamiento entre diciembre de 2011 y agosto de 2012. Está formada por 21 aerogeneradores de 2,3 MW, que alcanzan un pico de potencia de 48 MW, con una capacidad anual de 130 millones de kW/h, con la que se evita la emisión de 70.000 toneladas de anhídrido carbónico. EGP Rumania ha realizado una serie de mejoras técnicas en la central, gracias a las cuales ha incrementado su eficiencia total. En particular, se adoptaron soluciones que cambiaron el perfil de las palas de las turbinas para lograr una mejor penetración en el aire, esto evita que se paren a causa de las ráfagas de viento y, además, disminuye el ruido que producen. Una actualización del software permite aprovechar al máximo el potencial de estas intervenciones en términos de rendimiento: EGP prevé que, gracias a ellas, la producción anual aumentará entre un 0,5% y un 2%, y que el tiempo de funcionamiento de los aerogeneradores se incrementará un 10%, ya que podrán seguir funcionando en condiciones de viento más difíciles. Todo ello se suma a la actualización del sistema de filtrado del aceite que lubrica las piezas en movimiento del transformador, realizada entre 2017 y 2018, con la que se ahorran hasta 500 litros de aceite por año. Crear valor compartido a través de las escuelas y la universidad Un aspecto innovador relacionado al mantenimiento de Moldova Nouă, es que las piezas que se han de cambiar, como pequeños motores, bombas, baterías, pistones y engranajes se recuperan bajo una óptica de sostenibilidad y circularidad, y se envían a las escuelas secundarias locales para que se utilicen con fines didácticos. Es una forma de dar una segunda vida a piezas que, de lo contrario, serían desechadas. Esta iniciativa forma parte de un programa de colaboración con colegios y universidades patrocinado por EGP Rumania con el objetivo de crear valor compartido con la comunidad local. De hecho, la central está abierta a visitas de estudiantes que pueden realizar prácticas y participar de talleres sobre diferentes temas, que van desde la tecnología y el funcionamiento de las instalaciones a los aspectos de seguridad. “Nuestro objetivo es crear una red de relaciones muy estrechas con la comunidad local: por eso nos comprometemos a unir nuestras actividades con los intereses del territorio. La relación con las escuelas es particularmente importante, especialmente los institutos de formación profesional de aprendices y trabajadores calificados a quienes les ofrecemos servicios de formación técnica. Continuaremos brindado a los estudiantes la oportunidad de aprender presenciando directamente nuestras actividades cotidianas, tanto los procedimientos específicos como las operaciones de mantenimiento ordinarias y extraordinarias”. Gheorghiu Florin, Responsable Power Generation Rumania de EGP En concreto, se ha firmado un acuerdo con el instituto de secundaria LTCD de Moldova Nouă (Liceul Technologic Clisura Dunărij) para mejorar el nivel de preparación de los alumnos impartiéndoles conocimientos técnicos sobre fuentes renovables y sobre la gestión de la energía y las redes, conocimientos muy solicitados actualmente en el mercado laboral. “Otra iniciativa de la que estamos muy orgullosos es la colaboración para la prestación de servicios técnicos con empresas y proveedores de la zona, caracterizada por una cultura de una sola industria actualmente en sufrimiento. Por lo tanto, estamos especialmente motivados para explicarles a los estudiantes y a la población local nuestras necesidades sobre cualquier servicio que nuestro establecimiento pueda necesitar”, agrega Florin. “Estoy muy feliz por la colaboración que hemos instaurado con Enel Green Power en Rumania porque, gracias a ella, y una vez finalizado el bachillerato, nuestros alumnos se sienten más motivados para realizar estudios universitarios en el sector de la energía”. Mihaela David-Izvernar, directora del Instituto LTCD de Moldova Nouă Hemos iniciado otra colaboración con el programa de la diplomatura trienal de la Facultad de Ingeniería del centro universitario UBB de Reșița, una ciudad cercana a la central, dirigida, en particular, a enseñar Ingeniería Eléctrica e Informática industrial. “Al final de cada taller recibimos un feedback muy positivo por parte de los alumnos. El contacto directo con esta tecnología, perfectamente explicada por los expertos de Enel Green Power, genera un auténtico interés en nuestros estudiantes. Esperamos que la relación de colaboración pueda continuar en el futuro”. Christian Paul Chioncel, vicerrector del Centro Universitario UBB de Reșița Un hábitat que hay que preservar Quizás el aspecto más importante de sostenibilidad de la central eólica de Moldova Nouă está relacionado con la protección de la biodiversidad: EGP Rumania se ha comprometido a la conservación medioambiental mediante una serie de iniciativas de colaboración encaminadas a mejorar el conocimiento del ecosistema y a proteger las especies más frágiles. La zona, por ejemplo, es hábitat natural de algunas raras especies de orquídeas. Un estudio realizado por expertos del jardín botánico de la Universidad de Bucarest puso de manifiesto el papel positivo del parque eólico a la hora de facilitar la conservación de estas flores, también gracias a que el mantenimiento de la zona, con siegas específicas, crea las condiciones ideales para su desarrollo. Las investigaciones sobre las orquídeas se suman a otras iniciativas de monitorización de la biodiversidad que, además de velar porque la central respete una serie de parámetros medioambientales, tienen como objetivo encontrar soluciones cada vez más eficaces para el bienestar de toda la fauna. Por ejemplo, en virtud de un acuerdo de colaboración con la SOR, Sociedad Rumana de Ornitología, se han podido adoptar una serie de medidas para proteger a las cigüeñas, monitorizando sus nidos con una app creada ad hoc. Gracias a un acuerdo con el Parque Natural Portile de Fier, se ha podido iniciar una monitorización de las poblaciones locales de murciélagos y del rarísimo halcón sacro (Falco cherrug), ya que una pareja de ellos anida en uno de los postes del tendido eléctrico. Se adoptaron soluciones para evitar que estos animales se acerquen en vuelo a las palas de los rotores y puedan seguir viviendo en la zona totalmente seguros. Una central eólica no es una isla. El ejemplo de Moldova Nouă demuestra que mejorar el mundo, el medioambiente y la comunidad que lo rodea es un compromiso que no tiene fin.