En Brasil y en Grecia las personas están en el centro de la sostenibilidad

Brasil y Grecia, dos países lejanos que más allá de la hospitalidad de sus habitantes, parecen tener poco en común. Pero existe un hilo conductor que hoy los une y que pasa a través de nuestras centrales, con iniciativas locales basadas en la sostenibilidad, la formación y la inclusión social. Esta es la historia de estos proyectos: uno en la zona de nuestra central de Vamvakies, en Macedonia Occidental, y el otro cerca de nuestras centrales de Aroeira y Lagoa dos Ventos, en Brasil. Grecia: un parque solar que da una nueva vida a la comunidad Macedonia Occidental es la única región de Grecia sin salida al mar. Además, es muy poco conocida por el turismo internacional, que prefiere otros destinos. Es por esto que, en parte, la crisis financiera griega ha hundido lo que antes era un próspero centro energético, provocando la despoblación rural, una elevada tasa de desempleo y convirtiéndola en una de las zonas más pobres y excluidas socialmente del país. Estos problemas han afectado sobre todo a las mujeres, seguidas de los jóvenes semicualificados y las personas con discapacidad. Pero, Sofia Boutsikoudi, responsable de Sostenibilidad en Grecia de Enel Green Power Hellas –que ahora forma parte de una joint venture con Macquarie Asset Management– nos explica que, obviamente, los problemas no acabaron ahí. «Hemos desarrollado un grupo de seis proyectos de energía solar fotovoltaica en Kozani. Durante el desarrollo, se observó una fuerte oposición local debido a las numerosas centrales fotovoltaicas de la región». El proyecto ha sido modificado para hacerlo más inclusivo: «Queríamos apoyar y responsabilizar a la comunidad local con una central que creara valor compartido, por eso investigamos las dificultades y retos a los que se enfrentaba la zona. Por eso, nos aseguramos de que la planta fotovoltaica beneficiara tanto a Enel como a la comunidad local desarrollando un parque agrivoltaico. De este modo, el sitio de Vamvakies se compartió con la población local y se utilizó de forma eficiente tanto para la producción de energía verde como de hierbas orgánicas. Por otro lado, se impartieron cursos de formación especialmente dirigidos a los jóvenes que desean crear una empresa. Los cursos presenciales, pero también disponibles en línea en el sitio web del proyecto, abarcaban programas educativos para promover y potenciar el espíritu empresarial y temas como la planificación empresarial, la producción y promoción de productos, y mucho más. ¿Y para las mujeres que, como hemos visto, han sido las más afectadas por los efectos de la crisis? «Se ayudó a un grupo de mujeres a poner en marcha su propio negocio, produciendo y vendiendo hierbas. Estaban desempleadas o empleadas en granjas, con cero ingresos personales», agrega Sofía, y concluye: «Los cursos de formación ofrecidos a las mujeres, junto con nuestra orientación y apoyo, ya han dado lugar a la creación de la primera línea de producción con la marca MYROLAND». Brasil: una gestión más eficaz de los recursos naturales Estamos en Brasil, más precisamente en nuestras centrales de Aroeira y Lagoa Dos Ventos, en una zona gravemente afectada por la sequía. El proyecto que desarrollamos aquí pretende brindarle a la comunidad local asistencia técnica y formación en el uso eficaz de los recursos naturales. No solo eso: también trata sobre técnicas de manejo de animales de granja, principalmente cabras y ovejas, para evitar que, al soltarlas para buscar comida, puedan sufrir algún accidente. Rafael Halfeld Divan Giusti, analista de Sostenibilidad de EGP Brasil y director del proyecto, nos habla de ello: «Se proporcionaron orientaciones sobre la producción de alimentos mediante sistemas agroforestales (SAF) y prácticas de conservación del suelo, como el uso de residuos vegetales para mejorar la fertilidad del suelo y acciones de conservación de las abejas nativas que actúan como polinizadoras, potenciando la producción de determinadas especies frutales. De este modo, el proyecto ha contribuido a la introducción de contenidos que han añadido nuevos conocimientos sobre las innumerables posibilidades y potencialidades concebibles en el Bioma de la Caatinga para la producción de alimentos, la conservación de los recursos y la mejora de las actividades productivas». Es un programa, como dice Rafael, que ha fomentado el espíritu empresarial y alimentado la generación de ingresos locales.

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