Comer con conciencia: guía para una alimentación sostenible

¿Has pensado alguna vez en cómo las elecciones alimentarias pueden afectar al planeta? Comer de forma sostenible no solo es una moda, sino una forma de cuidar de nosotros mismos y del medioambiente. Descubramos juntos qué significa y cómo podemos marcar la diferencia con nuestros hábitos diarios. ¿Qué se entiende por alimentación sostenible? La alimentación sostenible consiste en producir y consumir alimentos que tengan un bajo impacto medioambiental, favorezcan la biodiversidad, sean asequibles, seguros y saludables. Básicamente, se trata de comer de una manera que proteja al planeta y promueva la salud. Según la FAO, la agencia de la ONU para la alimentación y la agricultura, un sistema alimentario sostenible es aquel que proporciona seguridad alimentaria y nutrición a todas las personas sin comprometer las bases económicas, sociales y medioambientales para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de las generaciones futuras. Principios Los principios de la nutrición sostenible incluyen: Reducir el desperdicio de alimentos: compra solo lo que necesites y aprovecha las sobras para evitar que la comida acabe en la basura. Priorizar productos locales y de temporada: las frutas y verduras de temporada no solo son más frescas y ricas en nutrientes, sino que su producción requiere menos recursos. Priorizar los productos vegetales –hortalizas, frutas, cereales, etc.– que tienen menos impacto medioambiental. Elegir envases sostenibles: evita el plástico de un solo uso y busca alternativas biodegradables o reciclables. Priorizar productos de empresas que utilicen energías renovables en sus actividades (a menudo basta con mirar las etiquetas para comprobarlo). Beneficios Adoptar una dieta sostenible aporta varios beneficios: Reducción del impacto medioambiental: menos emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y uso más eficiente de los recursos. Fomento de la biodiversidad: respalda el cultivo de diversas plantas y la cría de varias especies animales. Beneficios para la salud: una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales mejora la salud. Sostenibilidad económica: apoyar a los productores locales fortalece las economías y comunidades locales. Impacto medioambiental del sistema alimentario actual El sistema alimentario actual es una de las principales causas de contaminación, consume enormes cantidades de agua y tierra, y provoca deforestación y pérdida de biodiversidad. El sistema agroalimentario moderno, que incorpora los sectores de producción, transformación, transporte, logística, consumo de alimentos y gestión de residuos, se considera responsable de casi un tercio de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, según un estudio del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. Cómo adoptar una dieta sostenible Por eso es aconsejable adoptar una dieta sostenible: Elige alimentos frescos y sin procesar: menos procesamiento significa menos energía utilizada. Compra productos locales y de temporada: esto reduce las emisiones del transporte y conserva los recursos. Consume más productos vegetales. Presta atención a los envases: intenta evitar el plástico y prioriza materiales sostenibles. Políticas y proyectos de apoyo y perspectivas de futuro Muchos gobiernos y organizaciones internacionales trabajan para promover la alimentación sostenible. La Agenda 2030 de la ONU, por ejemplo, incluye objetivos para mejorar los sistemas alimentarios mundiales. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 habla explícitamente de «poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible». El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 (Producción y Consumo Responsables) vincula directamente la producción y el consumo y establece la meta de reducir a la mitad las pérdidas posteriores a la cosecha y el desperdicio de alimentos. Pero también hay referencias al tema de la nutrición sostenible en otros Objetivos de Desarrollo Sostenible. El IPCC, es decir, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, lleva tiempo pidiendo cambios para reducir las desigualdades sociales y hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes y sostenibles, así como que se dé preferencia a la agricultura agroecológica, que favorece la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la biodiversidad, al tiempo que contrarresta las olas de calor y contribuye a la captura de dióxido de carbono (CO2). El Instituto de Recursos Mundiales analiza estrategias para aumentar la producción de alimentos de forma sostenible (como mejorar el rendimiento de los pastos y la gestión de la tierra y el agua), promueve métodos para reducir el impacto medioambiental de la producción de alimentos protegiendo los bosques y restaurando las tierras agrícolas degradadas, y elabora investigaciones y herramientas para ayudar a medir y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. La Comisión EAT-Lancet es una organización sin ánimo de lucro formada por 37 científicos de renombre mundial que han elaborado un informe sobre qué constituye una «dieta sana» a partir de un sistema alimentario sostenible, y qué acciones pueden apoyar y acelerar la transformación del sistema alimentario. Informarse y formarse en nutrición sostenible es crucial. Elegir lo que comemos puede tener un enorme impacto en nuestra salud y en el clima. Con pequeños cambios en los hábitos alimentarios, podemos contribuir a un futuro mejor.

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