La historia de 3Sun Gigafactory: Con un gigante ‘hecho y derecho’

Episodio 3 Todo iba viento en popa en la Gigafactory 3Sun de Catania. Se producían módulos fotovoltaicos de película fina a pleno rendimiento y estábamos logrando superar los 5 millones de unidades producidas. Sin embargo, en 2015 empezaron a aparecer algunas nubes en el horizonte. El mercado fotovoltaico estaba viviendo una ligera contracción y temíamos que eso pudiese repercutir en una realidad como la de 3Sun Gigafactory, todavía muy joven: al fin y al cabo, ¡solo hacía 5 años que había nacido! Los más pesimistas tenían miedo de que nuestra aventura pudiese acabar ahí. Para mí, era como revivir los fantasmas del pasado. Cuando tenía 43 años, viví una experiencia muy negativa: crecí trabajando en una fábrica siderúrgica muy especializada, que producía materiales para semiconductores. Pero la empresa cerró en 2009 y nos quedamos todos en el paro. Para Sicilia fue una dura pérdida, tanto en términos de puestos de trabajo como de competencias: algunos compañeros se vieron obligados a irse a trabajar al norte del país, otros decidieron contentarse con trabajos menos cualificados y algunos –yo entre ellos– nos quedamos sin trabajo. Me quedé en paro y estaba encerrada en casa, ¡hasta me daban envidia los que iban a trabajar y estaban en un atasco! En 2010 me llamaron de 3Sun Gigafactory y fue una gran alegría: no solo volvía a trabajar en una fábrica, sino que, además, era un trabajo para producir paneles solares, ¡el máximo de la sostenibilidad! Para mí, que siempre he trabajado en el sector de las compras, la sostenibilidad también es un concepto social: por ejemplo, en 3Sun Gigafactory siempre hemos prestado mucha atención a no comprar productos realizados en un contexto de trabajo forzado. Y ahora, solo cinco años después, todo se tambaleaba de nuevo. Por suerte, justo en ese periodo tuvo lugar un gran cambio para 3Sun Gigafactory; un cambio decisivo. El 6 de marzo de 2015, Enel Green Power se convertía en la única accionista de la sociedad. De esta manera, entramos en el Grupo Enel de forma oficial. Nos sentíamos seguros, bajo el amparo de un gigante empresarial ‘hecho y derecho’. Fue maravilloso descubrir la nueva empresa; conocer a nuevas personas de las que aprender y con las que establecer, además, una relación humana. Aunque soy más mayor que la mayoría de mis compañeros, puedo asegurar que he forjado amistades verdaderas con muchos de ellos. Para mí supuso un cambio radical que sentí también en el trabajo cotidiano. Los proveedores con los que habíamos trabajado con anterioridad eran en su mayoría pequeñas empresas locales, sin experiencia con las grandes multinacionales ni con sus procesos: ahora teníamos que ayudarles, darles la mano y acompañarlos paso a paso hasta el contrato final. Involucrarlos en esta nueva realidad fue una experiencia maravillosa. Supuso un intercambio recíproco que llegaba a todos y reforzaba el tejido emprendedor siciliano. La entrada en Enel ha tenido también momentos cómicos. Hasta el momento, poca gente nos conocía en ámbitos fuera del sector fotovoltaico. Incluso en la misma Catania, eran muchas las personas que pensaban que 3Sun Gigafactory era solo una fábrica más de las muchas que estaban situadas en la zona industrial. Por el contrario, “Enel” era una palabra mágica que todos conocían. Aunque muchos demostraban que no habían entendido bien la situación: algunos conocidos empezaron a llamarme cuando tenían problemas con la factura de la luz o para que les hiciera un presupuesto porque querían instalar en su tejado paneles solares. A mí, que en realidad me ocupaba de las compras en la fábrica de módulos de película fina. Poco después de dos años ocurrió otro gran cambio. Esta vez no en la estructura accionarial de 3Sun Gigafactory, sino en la fase de producción. El mercado fotovoltaico se había recuperado, estaba en constante crecimiento y todo parecía ir sobre ruedas. Justo en ese momento los directivos de 3Sun Gigafactory decidieron, con gran sorpresa, renovar completamente la fábrica abandonando la tecnología de película fina, que en ese momento era la más usada del mundo, para apostar por modelos más innovadores. El 25 de octubre de 2017 salió de la cadena de producción el último panel de película fina. En total, el número de piezas fabricadas en esos 6 años llegó a la considerable cifra de 6,8 millones. Y ahí empezó otra historia.

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Daniela Percipalle

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