Las renovables, guardianes contra los incendios
Las centrales de energía renovable han demostrado ser una herramienta válida contra los incendios gracias a sus sistemas de vigilancia, sensores, a las inversiones que fomentan el desarrollo de las comunidades locales y a sus propias características.
Las portadas de los periódicos de este verano 2021 se hicieron eco de los devastadores incendios que arrasaron varias partes del mundo, avanzando aparentemente imparables. El fuego, casi siempre provocado por la mano del hombre, estuvo en muchos casos avivado por el calentamiento global, responsable de fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, como las sequías. Este es el caso de California y el oeste de Estados Unidos, Canadá o Siberia, que han sufrido incendios con centenares de kilómetros azotados. Lo mismo sucedió en el Mediterráneo, desde Italia a Turquía pasando por Grecia, así como en el centro sur de África y en el Amazonas.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), confirma lo que ya sabemos: la reducción de las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero es la mejor solución para contrarrestar los efectos del cambio climático. Por esta razón, nos hemos comprometido a apoyar la transición energética hacia un futuro de cero emisiones multiplicando las centrales de energía renovable.
Los parques solares y eólicos y, en general, todas las centrales de energía renovable, son importantes aliados en la lucha contra los incendios. Tal y como se demostró recientemente en la ciudad española de Pucheruelo, cerca de Ávila, donde los parques eólicos se erigieron como barreras que impidieron el avance de las llamas, permitiendo pasar a los camiones de los bomberos. Esto evitó que el pueblo de San Juan fuera arrollado por el fuego. España tiene mucha experiencia en este campo. En los últimos veinte años, nuestros parques eólicos han ayudado a este país a controlar y a extinguir numerosos incendios, algunos de ellos terribles como los de Barbanza, Corzán o Couto de San Sebastián.
Por otro lado, en Brasil, en los parques solares de Ituverava y Horizonte, situados en el noroeste del país, una región semiárida y por tanto más expuesta a los incendios, Enel Green Power ha impulsado la creación de varios grupos de voluntarios que participan en las operaciones para apagar los incendios junto a los bomberos, mediante cursos de capacitación, suministro de material técnico, como equipos de protección personal, y ofreciéndoles una sede. Esta iniciativa cumple con el Objetivo de Desarrollo Sostenible ODS 15 de las Naciones Unidas, protegiendo los ecosistemas terrestres y el ODS 17, promoviendo alianzas con la comunidad civil.
En Italia, se ha testado la capacidad de un fusible térmico instalado en las turbinas eólicas que señala y previene eventuales sobrecalentamientos protegiendo tanto la planta como el ambiente que lo circunda. Las mismas pruebas se realizaron en las plantas sicilianas de Caltavuturo 1 y 2, Cerda, Gangi, Montemaggiore Belsito y Sclafani Bagni Este Oeste (Palermo); Carlentini 2 (Siracusa) y Nicosia (Enna).
Otro recurso importante son los carriles bici que cada vez con más frecuencia se realizan durante las obras de construcción de las plantas renovables. Esto ha sucedido en Estados Unidos y en Grecia, pero también en otros países. Las vías destinadas a las bicicletas no solamente ayudan al turismo sostenible y contribuyen a la creación de valor compartido para el territorio, sino que además son barreras contra el fuego, mitigando el efecto de los incendios.
Las plantas de fuentes renovables constituyen una herramienta capilar, que está distribuida por muchas zonas del mundo, lo que las convierte en verdaderas aliadas contra los incendios. Esto incrementa la seguridad de los territorios donde están instaladas, beneficiando a todos.