En la era del desechable, el plástico es el residuo más común en nuestros mares también, que se han convertidos en un gran basurero. Se estima que, para 2050, se podrían haber más residuos plásticos que peces. Esto fue denunciado por la Comisión Europea, que emitió datos alarmantes sobre la contaminación global en la última Conferencia Internacional sobre el tema del mar. "Cada año, cerca de 8 millones de toneladas de desechos terminan en el mar: una masa enorme que amenaza sofocar no solo los ecosistemas, sino también las economías de las comunidades que viven de la pesca, la acuicultura y el turismo." Las Naciones Unidas han incluido la protección de la vida marina entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y lanzaron la campaña #CleanSeas para promover políticas que reduzcan la producción de plásticos, una de las causas más relevantes de la contaminación de los mares. Además, el plástico no se biodegrada, pero es fotodegradable, es decir, se rompe en pedazos cada vez más pequeños, hasta que vuelve al tamaño de los polímeros que lo componen. Su pequeño tamaño genera otro problema: los peces y otros animales marinos lo confunden por el plancton, lo comen y entra en la cadena alimenticia, hasta llegar a nuestros platos. Estas micropartículas de plástico también son llevadas por las corrientes y los vientos en puntos específicos. Una especie de Triángulos de Bermudas de plástico, vórtices en los que los desechos se concentran por encima y por debajo de la superficie de los mares. En un lenguaje común son llamadas "islas de plástico". La más tristemente conocida es la que se encuentra en el Pacífico: se estima que su tamaño es de entre 700 mil kilómetros cuadrados (casi tres veces más grande que Gran Bretaña) y 15 millones. Aunque la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los EE. UU. la señaló como palabra incorrecta. En realidad, no estamos hablando de tierras flotantes en el medio del océano porque en realidad la mayor parte del plástico se encuentra en piezas tan pequeñas que no son visible. Solo el 10% del plástico se encuentra flotando, mientras que el 90% se encuentra en el fondo. Incluso si se trata de un porcentaje mínimo, estos desechos flotantes son un problema para la navegación de barcos, tal como le pasó a los competidores de la regata transatlántica Transat Jacques Vabre. Los desechos plásticos dañaron las lanchas y el equipamiento de muchas embarcaciones, lo que obligó a varios equipos a retirarse, incluido el equipo de Andrea Fantini en competición con la Clase 40 Enel Green Power, una embarcación 100% ecológica gracias a la nuestra asociación tecnológica. La colisión con lo que en términos técnicos se llama un UFO (objeto flotante no identificado) de hecho ha causó una falla en el timón, lo que obligó al equipo a abandonar la carrera. "Este incidente puede servir como una oportunidad para arrojar luz sobre el problema de la contaminación en el mar", explicó el capitán Andrea Fantini. "En este sentido, el camino que estamos siguiendo con EGP, nuestro Innovation Partner, quiere lanzar un mensaje ecosostenible". La contaminación no solo afecta al Pacífico sino también al Atlántico, el Mediterráneo e incluso el Ártico. Aquí, una vez que llega, el plástico "se congela" en el hielo de la zona y puede permanecer allí durante décadas. Hasta que lleguen los cambios climáticos a derretir partes de la nieve perenne y vuelvan a poner el plástico en circulación, tal vez de hace muchos años. De esta manera el Ártico también se convierte en un acumulador de desechos. "Los océanos juegan un papel fundamental en la vida del planeta y, con indipendencia de que sean o no navegantes, lo que pasa en el mar tarde o temprano tiene una consecuencia sobre nosotros", continúa Fantini. "Solo que a ceves no lo pensamos y creemos que somos nosotros los que tienen que pagar la cuenta. Pero estamos equivocados. Ha llegado el moemento de abrir los ojos, denunciar, hacer que todos se den cuenta de este problema". "Pero el mar, la tierra y el cielo no son entidades separadas. La reducción de la contaminación del mar significa no solo proteger el ecosistema marino, sino garantizar una nutrición más sana, un aire más limpio y contribuir a la lucha contra el cambio climático." El Transat Jacques Vabre terminó antes de lo esperado, pero el barco firmado por Enel Green Power ya se está preparando para participar en otras competiciones Transoceánicas en 2018 y 2019. Además, el mar es un recurso precioso de energía limpia. Entre las fuentes renovables, la energía marina es, de hecho, el sector con mayor potencial y algunas estimaciones, basadas en el recurso disponible, prevén un desarrollo de 130 GW en la década siguiente. Y Enel Green Power es un líder en la realización de pruebas sobre soluciones innovadoras para usar la fuerza de los mares y océanos, en completo respeto por el medio ambiente. Al regresar a tierra firme, en Italia, en colaboración con Legambiente, EGP participó en el proyecto "Limpiemos el Mundo" con un día de trabajo voluntario de la empresa en favor de la comunidad para retirar la basura de las las playas Ciertamente, limitar la contaminación de los mares es más fácil que limpiarlos de desechos y contaminantes. Los datos presentados por la Comisión Europea también indican los caminos que hay que seguir, con la contribución de todos, para evitar aumentar el número de residuos en el mar y reducirlo en el tiempo: aumentar la recogida separada de plásticos, limitando su uso con La economía circular y el reciclar la que ya exixte en mercado permitiría una reducción del 30% de los desechos de plásticos en el mar en los próximos dos años. Si esto se sumara al compromiso compartido de las industrias y los gobiernos de limitar cada vez más el uso de productos contaminantes y aguas residuales, particularmente en la agricultura, podríamos lograr resultados aún más relevantes.